A ambos lados del Atlántico, las expectativas inflacionarias siguen siendo un tema central. Tanto en Estados Unidos como en Europa, los bancos centrales mantienen un enfoque vigilante, y a pesar de los recientes datos económicos mixtos, especialmente desde Alemania, se espera que el crecimiento continúe en ambos territorios.
En Estados Unidos, las perspectivas económicas siguen siendo favorables, con señales de crecimiento sólido. Mientras tanto, en Europa, aunque el panorama es generalmente positivo, algunos datos recientes de Alemania no han sido tan alentadores, generando cierta incertidumbre en el mercado. A pesar de ello, el consenso parece ser que la economía europea también seguirá en una trayectoria de crecimiento moderado.
El elemento decisivo parece ser la guerra comercial desatada por Donald Trump. Aunque algunos expertos argumentan que sus efectos podrían ser manejables, en mi opinión, esta guerra comercial es la clave de todo. Recordemos la icónica imagen del G7, donde Trump, con los brazos cruzados y una actitud defensiva, parecía un niño pequeño cabreado. Esa actitud refleja perfectamente la tensión que este conflicto comercial puede generar.
Una escalada en las tensiones podría llevarnos a una espiral de "pues yo más", lo que alteraría radicalmente el escenario económico global. Aunque se diga que estas tensiones son asumibles, una guerra comercial prolongada podría afectar significativamente tanto a EE. UU. como a Europa, cambiando por completo las reglas del juego.
Foto de la discordia G7 |
Si nos adentramos en el análisis técnico, el euro ha experimentado una caída significativa tras las declaraciones de Mario Draghi. Actualmente, el euro se encuentra en un nivel de soporte en torno a 1,15324 frente al dólar. Según algunos analistas, es probable que el precio oscile entre los 1,15 y 1,20 en los próximos meses, al menos hasta pasado el verano.
Este nivel de 1,15324 es clave: una caída por debajo podría desencadenar más ventas, lo que llevaría a una mayor presión bajista sobre la moneda europea. Sin embargo, tras el discurso de Draghi, parece que el Banco Central Europeo está decidido a mantener el euro en esa zona o, al menos, intentar contener la caída. Es interesante ver cómo Draghi, quien generalmente adopta una postura más moderada, se ha mostrado en esta ocasión más hawkish (agresivo), lo que sugiere que el BCE está dispuesto a actuar con mayor firmeza si es necesario.
En este contexto, debemos vigilar de cerca los movimientos del euro en los próximos meses y las repercusiones que una guerra comercial más agresiva pueda tener en la economía global. Aunque los niveles actuales parecen contener el euro, una mayor escalada de tensiones comerciales podría tener efectos significativos en los mercados.
Gráfico de 120 minutos del Eur/Usd. |